Volando alto

Cantata 56, «Ich will den Kreuzstab gerne tragen»

Esta cantata es para bajo solo, con excepción del coral final. Fue compuesta para el 19° domingo después de la Trinidad, con un libreto de autor desconocido que elabora el concepto del amor de Dios y el ansia por la muerte como transición a la «tierra prometida».

El primer movimiento es un aria con tres oboes (uno «taille» o tenor), cuerdas y bajo continuo, cuyo texto se refiere a la carga de la cruz y a cómo la mano de Dios proveerá consuelo y secará las lágrimas. Las pinturas de palabras abundan. El motivo introductorio con el tritono y la segunda aumentada representa la cruz, y los pares de notas descendentes que siguen inmediatamente ilustran el acto de cargarla. Las tribulaciones («Plagen») mencionadas en la segunda sección están ilustradas con notas largas y largos melismas en dirección descendente. La tercera sección, en la cual se menciona el consuelo ofrecido por Dios, introduce un motive ternario en la voz mientras los instrumentos repiten los motivos de secciones anteriores.

El recitativo que sigue incorpora la imagen de un barco navegando como ilustración de la vida turbulenta (una referencia a la primera línea del evangelio del día, Mateo 9: 1-8). El acompañamiento musical ilustra el movimiento de las olas, que cesan abruptamente sobre el final cuando el texto menciona el arribo al Reino de los Cielos.

A continuación, la segunda aria utiliza otra ilustración, esta vez un águila en vuelo, para simbolizar la liberación que otorga la muerte. La voz está acompañada por un oboe solista con animados motivos fluidos y ondulantes, evocativos del vuelo.

El recitativo que sigue, acompañado de cuerdas, transiciona a un arioso cuyo texto repite las dos últimas líneas de la primera aria. Consistentemente, Bach reutiliza el motivo ternario de esa sección del aria y similares figuraciones en las cuerdas.

El texto del coral final, de Johann Franck (1653), fue elegido muy bien por el libretista dado que incluye la imagen del barco en puerto seguro. En el último par de versos, como ilustrando la transición del alma, la línea de las sopranos se alza, otorgando a la conclusión un carácter luminoso.

Texto completo con traducción al español
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Partitura

Johann Sebastian Bach
Cantata No. 56, «Ich will den Kreuzstab gerne tragen»
Peter Kooij, bajo solista
La Chapelle Royale – Philippe Herreweghe

Bach, el embajador

El segundo Concierto Brandenburgués, BWV 1047, está orquestado para un grupo de 4 instrumentos solistas (trompeta, flauta dulce, oboe y violín) acompañados por cuerdas y bajo continuo.

Tiene la estructura tradicional del «concerto grosso» italiano, con pasajes para los solistas y respuestas de la orquesta. Sin perjuicio de este modelo, los solistas están más integrados en la orquesta que en un concerto grosso típico.

El movimiento central deja descansar a la trompeta. Los otros 3 solistas configuran un cuarteto con el bajo continuo, con un tema de gran liricismo que pasa de un instrumento a otro constantemente.

El concierto se cierra con una brillante fuga a cargo de los solistas con refuerzos puntuales de la orquesta en momentos claves.

El primer movimiento de este concierto es el primer fragmento de música incluido en el «disco dorado», a bordo de las sondas espaciales Voyager lanzadas en 1977.

Partitura

Johann Sebastian Bach
Concierto Brandenburgués No. 2

en fa mayor, BWV 1047
[Sin indicación] – Andante – Allegro assai
Orchestra of the Age of Enlightenment
Monica Huggett


Simplificando las reglas

Cantata 169, «Gott soll allein mein Herze haben»

El evangelio del 18° domingo después de la Trinidad refiere la historia de Jesús respondiendo a la pregunta sobre el mandamiento más importante. Su respuesta: el amor a Dios, y el amor al prójimo.

El libretista, anónimo, estructura el texto en torno a esta sencilla respuesta. Los movimientos 2, 3, 4 y 5 se centran en el amor a Dios; y los dos movimientos finales, 6 y 7, apuntan al amor al prójimo. El libreto contiene alusiones a otras citas bíblicas, como la ascención al cielo del profeta Elías (2 Reyes 2:11) o el rechazo a «cuanto hay de malo en el mundo» (1 Juan 2: 15-16).

Bach pone en música este sofisticado libreto en forma de una cantata para alto solo, con varios elementos notables. En primer lugar, utiliza el órgano como instrumento solista en la sinfonía inicial y las dos arias. Y dos de estos movimientos, la sinfonía y la segunda aria, provienen de un concierto perdido que eventualmente devino el concierto para clavecín y orquesta en mi mayor, BWV 1053. Estas fuerzas son similares a las de la cantata 35, presentada seis semanas antes.

Después de la imponente sinfonía, un arioso anticipa el texto del aria que seguirá, interpolando reflexiones en forma de recitativo. El tercer movimiento es un aria con formato «da capo», en el cual la voz es acompañada por el virtuoso órgano solista.

El recitativo siguiente, acompañado por la orquesta, incluye la referencia al profeta Elías, llevado al cielo en un carro de fuego. Es seguido por un aria en la cual Bach, en forma magistral, incorpora la voz al movimiento lento del concierto.

El 6° movimiento es un recitativo que avanza el discurso hacia el amor al prójimo, y la cantata se cierra con un coral con texto de Martín Lutero (1524) que articula una plegaria al Amor.

Texto completo con traducción al español
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Partitura

Johann Sebastian Bach
Cantata No. 169,

«Gott soll allein mein Herze haben»
Damien Guillon, contratenor
Le Banquet Céleste
Maude Gratton, órgano y dirección

Bienvenida a la muerte

Cantata 27, «Wer weiß, wie nahe mir mein Ende?»

La Cantata 27, compuesta para el 16° domingo después de la Trinidad en 1726 (6 de octubre), se centra en el concepto de la muerte, no como una instancia temida sino como un objetivo ansiado.

El evangelio del día (Lucas 7: 11-17) narra la historia del joven de Naín a quien Jesús resucita, conmovido frente al dolor de su madre viuda.

El libreto es anónimo y hay teorías, no comprobadas, de que podría haber sido escrito por el propio Bach. El primer y último movimientos utilizan textos preexistentes asociados a ceremonias fúnebres (una oda de 1686 y una canción de 1649).

En contraste con la seriedad del tema, la cantata es directa y accesible, casi inocente, y contiene varios elementos inusuales y curiosos. El coro inicial es un entretejido de tres elementos disímiles: un coral, tres recitativos para voces solistas (soprano, alto y tenor sucesivamente), y el soporte instrumental independiente (oboes, cuerdas, bajo continuo y un corno apoyando la melodía del coral entonada por las sopranos del coro). Es particularmente interesante observar cómo el acompañamiento instrumental continúa incluso durante los segmentos de recitativo.

Un recitativo de tenor, con una interesante ilustración musical que pone las notas más graves en la palabra «Grabe» (tumba), conduce a una animada aria de contralto, que da la bienvenida a la muerte. La orquestación del aria es inusual: órgano obligado, oboe da caccia y bajo continuo acompañando a la voz. También aquí como en el recitativo anterior, la línea vocal contiene sutiles pinturas de palabras, como la escala cromática descendente sobre la palabra «Plagen» (plagas, problemas).

Sigue un recitativo de soprano con cuerdas, añorando el ingreso al Cielo, que contiene una notable imagen musical sobre la palabra «Flügel» (alas) a cargo de los violines, y termina en forma ascendente con aire interrogatorio.

A continuación, el aria del bajo se despide del mundo. Se abre con las palabras «Gute Nacht» (buenas noches) musicalizadas en forma plácida y algo sombría, que contrastan con el «mundanal tumulto» ilustrado con semicorcheas rápidas y repetidas en las cuerdas. Más pintura de palabras con la escala ascendente sobre «el amado Dios en el Cielo».

El coral final, a cinco voces con las sopranos divididas, no es de Bach sino de Johann Rosenmüller (1620-1684), organista y profesor en la Tomasschule. Consistentemente con el concepto de que la muerte es motivo de regocijo, el coral transiciona a una animada línea en tiempo ternario cuando el texto señala la paz, alegría y felicidad eternas en el Cielo.

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Partitura

Johann Sebastian Bach
Cantata No. 27, «Wer weiß, wie nahe mir mein Ende?»

Dorothee Mields, soprano – Matthew White, contratenor
Hans Jörg Mammel, tenor – Thomas Bauer, bajo
Collegium Vocale Gent – Philippe Herreweghe

Duelo a la italiana

De todos los conciertos para clavecín de Bach, el único que se considera compuesto específicamente para clavecín es el BWV 1061. Data del período de Weimar, cuando Bach comenzó a familiarizarse con el estilo del concierto italiano. Se conserva en una versión original de puño y letra de Bach para clavecines solos, sin las partes orquestales, catalogada como BWV 1061a.

Se teoriza que las cuerdas puedan haber sido agregadas posteriormente, quizá por alguno de los hijos de Bach. Las cuerdas tienen primariamente un rol de complemento y énfasis, y permanecen en silencio por largos segmentos y en todo el movimiento central.

El primer movimiento es energético y denso en contrapunto, y los clavecines toman el protagonismo desde el primer momento, sin un ritornello para la orquesta. El movimiento central es una siciliana de aire melancólico en el cual las cuerdas permanecen en silencio. En el vivace final, estructurado como una enérgica fuga, los claves enuncian el tema por lo menos seis veces antes de que la orquesta tenga oportunidad de participar. ¡Es muy satisfactorio cuando por fin es el turno del bajo continuo de unirse a la fiesta!

Johann Sebastian Bach
Concierto para dos clavecines

en do mayor, BWV 1061
[Sin indicación] – Adagio – Vivace

Café Zimmermann – Pablo Valetti
Céline Frisch, Dirk Börner, clavecines



El lugar en la mesa

Cantata 47, «Wer sich selbst erhöhet, der soll erniedriget werden»

Compuesta para el 17° domingo después de la Trinidad, la cantata 47 utiliza un libreto de Johann Friedrich Helbig de 1720. Helbig escribió una serie de libretos que fueron puestos en música por Telemann en Eisenach, y éste es el único de ese ciclo que fue utilizado por Bach.

El libreto es relativamente corto, de sólo cinco movimientos. Comienza con una cita del evangelio del día (Lucas 14:11) en la cual, luego de ofrecer la parábola del lugar en la mesa del banquete, Jesús advierte que Dios humillará a los que se ensalcen a sí mismos, y ensalzará a los que se humillen.

Esta cita es material fecundo para el coro inicial. Como nos tiene acostumbrados en este ciclo de cantatas, Bach compone una imponente estructura, comenzando con una introducción orquestal que reutiliza el material del preludio para órgano BWV 546, seguida por una fuga para el coro cuyo tema ilustra la ensalzación y la humillación con una línea ascendente y otra descendente.

El aria de soprano, acompañada por violín solista, continúa con el contraste entre la humildad y la arrogancia. La extensa parte A, representando la humildad, utiliza motivos sinuosos y ornamentales en el violín y la voz. La sección B, más corta, ilustra la arrogancia («es como el diablo») con acordes incisivos en el violín.

Sigue un recitativo para el bajo, que predica en segunda persona a la congregación con lenguaje prosaico y directo. Bach aprovecha para introducir una ilustración para los términos «bajo y modesto» («niedrig und geringe») escribiendo las notas más bajas del pasaje.

El aria de bajo que sigue está estructurada como un cuarteto, con el violín, el oboe, la voz y el bajo continuo en contrapunto. Bach utiliza pintura de palabras sobre el concepto de «arrojar la salvación al fuego infernal» con largos melismas para la acción de arrojar e intervalos abruptos para ilustrar el fuego.

El coral que cierra la cantata es un verso en forma de plegaria de Erasmus Alber, discípulo de Lutero, y data de 1557.

Texto completo con traducción al español
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Partitura

Johann Sebastian Bach
Cantata No. 47, «Wer sich selbst erhöhet, der soll erniedriget werden»
Gerlinde Sämann, soprano – Petra Noskaiová – contralto
Christoph Genz, tenor – Jan Van der Crabben, bass
La Petite Bande – Sigiswald Kuijken

Y aquí les dejo el Preludio y Fuga en do menor, BWB 546, del cual Bach extrajo parte del material para el coro inicial de la cantata. El organista es Simon Preston.

Gratitud y alabanza

Cantata 17, «Wer Dank opfert, der preiset mich»

La Cantata 17 es una cantata feliz. El libreto reflexiona sobre las bendiciones de Dios y anima a los fieles a ser agradecidos, y Bach lo ilustra con su genio y maestría habituales. Fue compuesta para el 14° domingo después de la Trinidad, que en 1726 cayó el 22 de setiembre.

El evangelio del día (Lucas 17: 11-19) narra la historia de Jesús curando a diez leprosos, pero sólo uno de ellos regresando para agradecerle. Según la estructura habitual de los libretos de este período, la cantata consta de dos partes, cada una de las cuales comienza con una cita textual de la Biblia.

Se abre con un versículo del Salmo 50, que conecta el agradecimiento con la alabanza a Dios. Bach pone este texto en música con la sofisticación a la que nos tiene acostumbrados: un espléndido movimiento coral orquestado para dos oboes, cuerdas, coro a cuatro voces y bajo continuo, que inicia con una introducción orquestal y sigue con una fuga para el coro cuyo tema ilustra ciertas palabras del texto, como «opfert» («ofrecer») con dos escalas ascendentes en cada aparición.

Un recitativo para contralto conecta con una elaborada aria para soprano con dos violines solistas, estructurada como un cuarteto. El motivo protagónico también está conformado con escalas ascendentes que ilustran el texto que referencia «lo lejos que van las nubes».

La segunda parte de la cantata abre con una cita del evangelio del día, a cargo del tenor en un recitativo según el clásico rol de Evangelista que Bach utilizó en sus pasiones. El aria que sigue, cuyo texto continúa elaborando sobre la «abundancia de cosas buenas» y nuestro agradecimiento por ellas, está acompañada por las cuerdas de la orquesta. Bach enfatiza palabras clave como «Dank» («gracias») y «Lob» («alabanza») con largos melismas.

El recitativo de bajo que sigue reflexiona sobre nuestra situación terrenal, disfrutando de un cuerpo sano, fuerza y razón, como regalos de Dios.

El coral final, con texto de Johann Gramann (1530), se encarga sin embargo de recordarnos que «Dios sabe que somos polvo», utilizando alegorías alineadas con las imágenes de naturaleza del resto del libreto, incluyendo flores marchitas y follaje seco.

Texto completo con traducción al español
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Partitura

Johann Sebastian Bach
Cantata No. 17, «Wer Dank opfert, der preiset mich»

Sandrine Piau, soprano – Bogna Bartosz, contralto
Christoph Prégardien, tenor – Klaus Mertens, bass
The Amsterdam Baroque Orchestra & Choir – Ton Koopman

Los pequeños talentos

Los Conciertos Brandenburgueses son una colección de seis conciertos escritos para diferentes combinaciones de instrumentos. Como era habitual con Bach, en muchos casos el material de estas piezas provino de obras anteriores o fue transformado luego para otros usos.

Bach compiló este conjunto, hizo una copia completa de la partitura de su puño y letra, y la dedicó al Margrave Christian Ludwig von Brandenburg en Marzo de 1721, con la esperanza de obtener un cargo en su corte, cosa que nunca se materializó.

La dedicación está en un francés muy obsequioso y refinado, y menciona la esperanza de que el Margrave «reciba algún placer de los pequeños talentos que el Cielo me ha otorgado para la Música» («prennoit quelque plaisir aux petits talents que le Ciel m’a donnés pour la Musique»).

Se duda hasta qué punto el Margrave valoró el regalo de Bach, y no hay registros de que las obras se hayan ejecutado en esa época. Por suerte para nosotros, sin embargo, esta partitura original fue perfectamente conservada y sobrevivió intacta hasta nuestros días.

El primer concierto está orquestado para dos cornos franceses, tres oboes, fagot, violino piccolo, cuerdas y bajo continuo, y es el único con cuatro movimientos. El primer, segundo y cuarto movimientos provienen de una cantata profana de la época de Cöthen, y el tercer movimiento, agregado posteriormente, se convirtió en el coro inicial de la Cantata 207, con el agregado de voces.

Partitura

Johann Sebastian Bach
Concierto Brandenburgués No. 1 en fa mayor, BWV 1046

[Sin denominación] – Adagio – Allegro – Menuet / Trio I / Polonesa / Trio II
Zefiro – Alfredo Bernardini, oboe y dirección

El rugido de la batalla

Cantata 19, «Es erhub sich ein Streit»

La Cantata 19, compuesta para la fiesta de San Miguel Arcángel en 1726, utiliza un libreto adaptado de un texto de Picander (seudónimo de Christian Friedrich Henrici), apartándose del usual «patrón de Meiningen» que Bach utilizó tanto en esta época.

Esta fiesta era celebrada con gran esplendor en la época. Bach hace los honores y presenta una cantata con tres trompetas, timbales, cinco oboes en total (dos tradicionales, dos d’amore, y uno tenor o «taille»), cuerdas, coro a cuatro voces y bajo continuo.

El coro inicial nos incopora, sin preámbulo alguno, a plena batalla celestial entre San Miguel y «el dragón infernal». Es uno de los coros más monumentales de toda la producción de Bach. Con las trompetas y timbales representando el ejército celestial y abundantes ilustraciones musicales de palabras claves en el texto, este movimiento ciertamente causa impacto, reforzado por su brusco inicio.

El recitativo de bajo que sigue reflexiona sobre la victoria de San Miguel, ilustra el terrible rugido del dragón, y conduce a un aria de soprano con dos oboes d’amore que continúa elaborando el concepto de la protección que nos brinda «el ángel del Señor […] con fuego, caballo y carro».

A continuación el tenor, en un recitativo acompañado por cuerdas, anima a la congregación a apreciar cómo Dios ha puesto a los «hijos del Cielo» a nuestro cuidado. El recitativo es seguido por un aria en plácido ritmo de siciliana, que contrasta enormemente con el agitado coro inicial. Es una plegaria a los ángeles guardianes, ornamentada con una melodía coral a cargo de la trompeta.

La soprano interviene con un recitativo que describe a los ángeles como nuestro «carro hacia el Cielo», y conduce al coral final en el cual las trompetas, oboes y timbales acompañan a las voces, honrando a la ocasión festiva.

Texto completo con traducción al español
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Partitura

Johann Sebastian Bach
Cantata No. 19, «Es erhub sich ein Streit»
Hana Blažíková, soprano – Gerd Türk, tenor – Peter Kooij, bass
Bach Collegium Japan – Masaaki Suzuki


Toca nuestros oídos

Cantata 35, «Geist und Seele wird verwirret»

Algunas semanas atrás, durante nuestro viaje a Störmthal, escuchamos un concierto para órgano, reconstruido con base en material proveniente de la Cantata 35. Esta cantata, escrita para alto y órgano solistas, 3 oboes (uno de ellos «taille»), cuerdas y continuo, es parte de nuestro programa de hoy.

La cantata fue compuesta en 1726 para el doceavo domingo después de la Trinidad (8 de setiembre), y utiliza un libreto de Georg Christian Lehms de 1711, apartándose del «patrón de Meiningen» que Bach utilizó frecuentemente en este período.

El evangelio del día (Marcos 7: 31-37) relata el episodio en el que Jesús sana a un hombre sordomudo, y el libreto referencia muchas veces este texto pero sin hacer citas literales.

La cantata está dividida en dos partes, cada una comenzando con una sinfonía para la orquesta completa y el órgano solista. Se presume que estas sinfonías provienen del primer y tercer movimientos del perdido concierto BWV 1059.

Luego de la sinfonía, la primera parte sigue con un aria para la misma formación que describe el asombro (o «confusión») del espíritu y del alma frente a los milagros de Jesús. Esto es descripto musicalmente con secciones en las que el bajo continuo desaparece, dejando las voces superiores sin apoyo.

El recitativo que sigue hace una referencia sesgada a la Epistola del día (2 Corintios 3: 4-11) que habla del esplendor de Dios. El libreto conecta el asombro por los milagros con este sentimiento de admiración y maravilla.

El cuarto movimiento, un aria con órgano solista y bajo continuo, se conecta nuevamente con el evangelio, con la referencia en la primera línea a «Dios lo ha hecho todo bien». Los pasajes virtuosos del órgano ilustran este sentimiento general de regocijo frente a la bondad y los cuidados de Dios. En su reconstrucción del concierto 1059 Koopman utilizó esta aria para el movimiento central, reemplazando la voz del alto solista con el oboe da caccia.

La segunda parte de la cantata, para ser ejecutada después del sermón, abre con otra sinfonía con órgano solista. En el recitativo que sigue, el texto adopta un tono de plegaria, con múltiples referencias al evangelio: «Hephata» o «Ephphatha» («ábrete») es el término arameo utilizado por Jesús para sanar al sordomudo, aplicado en el libreto al corazón del creyente.

Más adelante hay una referencia a Jesús tocando los oídos y la lengua, con una traslación de esos gestos hacia el miembro de la congregación.

En el aria final, nuevamente con toda la orquesta y el órgano solista, el texto reflexiona sobre la aspiración del creyente a reunirse con Dios y terminar pronto la vida terrenal. Como es habitual, este sentimiento es ilustrado por Bach con música animada y celebratoria, en ritmo ternario que evoca una danza.

Texto completo con traducción al español
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Partitura

Johann Sebastian Bach
Cantata No. 35, «Geist und Seele wird verwirret»

Nathalie Stutzmann, contralto – Ton Koopman, organ
The Amsterdam Baroque Orchestra – Ton Koopman