BWV 530 es otra de las trio sonatas para órgano que, como comentamos en entradas anteriores, son material favorito para arreglos y adaptaciones a diferentes grupos instrumentales.
En este caso tenemos un arreglo para cuarteto: dos violines, viola da gamba y clave. La viola y el clave unen fuerzas en ciertos pasajes para asumir el rol de bajo continuo, pero también toman en ocasiones roles independientes.
En el primer movimiento, en tres ocasiones el clave toma el rol protagónico, recibiendo el material original para órgano, con los violines armonizando con notas largas en el estilo que Bach utilizó en sus conciertos para clave.
En el segundo movimiento, la transcripción está hecha en forma de sonata para violín solo y clave, con la segunda voz de la trio sonata en la mano derecha del clave.
El tercer movimiento regresa a una sonoridad más rica, con ambos violines en las voces superiores y la viola y clave en el bajo continuo.
Johann Sebastian Bach Trio Sonata en sol mayor, BWV 530 Vivace – Lento – Allegro Arreglo de Richard Boothby para 2 violines, viola da gamba y clavecín
The Purcell Quartet Catherine Mackintosh, Catherine Weiss, violines Richard Boothby, viola da gamba Robert Wooley, clave
Cantata 102, «Herr, deine Augen sehen nach dem Glauben!»
Compuesta para el décimo domingo después de la Trinidad, la Cantata 102 está estructurada según el patrón de Meiningen como la mayoría de las compuestas por Bach en este período del año 1726.
El libreto es perfectamente simétrico, comenzando como es costumbre con un elaborado coro sobre una cita del Antiguo Testamento (Jeremías 5:3) que describe a las almas impenitentes que no reaccionan a los castigos divinos y se resisten a la conversión.
La música es del más alto orden, orquestada para oboes, cuerdas, coro a cuatro voces y bajo continuo. Comienza con una sinfonía instrumental, que conduce a tres secciones vocales correspondientes a las respectivas oraciones de la cita bíblica. La primera sección es de forma libre, con acordes homofónicos sobre la exclamación «Herr!», y las dos siguientes son fugas que permiten una clara audición del texto según las distintas voces lo van enunciando. Abundan las ilustraciones musicales sobre palabras como «golpeaste» («schlägest») y «duro» («härter»).
El siguiente recitativo para el bajo reflexiona sobre la obstinación del alma en resistirse a la persuación divina, y es seguida por un aria para contralto y oboe solista que, magistralmente, ilustra la angustia del alma perdida utilizando largas notas disonantes entre el oboe y la voz.
Según dicta el patrón, el libreto continúa con una cita del Nuevo Testamento (Romanos 2: 4-5). En el versículo 4, San Pablo amonesta sobre el desprecio a la misericordia de Dios, y en el 5, lamenta que el «corazón obstinado» seguirá acumulando castigos. Como es habitual la cita está estructurada como un arioso para el bajo, e incluye una notable ilustración musical del concepto de «obstinación».
El siguiente movimiento es un aria para tenor con flauta y bajo continuo. En este punto el libretista abandona la reflexión y se dirige en segunda persona a la congregación, urgiendo a las almas a «aterrorizarse» por el alto precio del pecado. Es imposible no reparar en la ilustración musical de estas palabras que abren la línea del tenor solista. En la segunda sección del aria, la flauta, quizá representando al alma que reacciona a la exhortación, acompaña a la voz en la ilustración de la «ira de Dios».
El recitativo que sigue, para contralto con oboes y bajo continuo, advierte sobre los peligros de demorar el arrepentimiento. Los oboes intermitentes representan el paso inexorable del tiempo, en un motivo que Bach utiliza similarmente en otras cantatas.
El coral que cierra la cantata, con la melodía «Vater unser im Himmelreich», resume el mensaje de todo el libreto en la primera estrofa, y, en la segunda, deviene una plegaria a Jesús por ayuda para arrepentirse antes de emprender el «viaje al cielo».
Varios de los movimientos de esta cantata, incluyendo el coro inicial, fueron reutilizados por Bach varios años más tarde en dos de sus Misas Luteranas (BWV 235 y BWV 233).
Johann Sebastian Bach Cantata No. 102, «Herr, deine Augen sehen nach dem Glauben!» Damien Guillon, contratenor – Marcus Ullmann, tenor – Lieven Termont, bajo Il Gardellino – Marcel Ponseele
Johann Ludwig Bach era primo tercero de JSB (sus respectivos abuelos eran primos hermanos), y 8 años mayor que él (nacido en 1677). Esa rama de la familia Bach vivía en Meiningen, una localidad aproximadamente 220 kilómetros al sudoeste de Leipzig.
Johann Ludwig era también un reconocido músico y compositor, y tuvo el puesto de Kapellmeister en Meiningen por 20 años. Compuso un buen número de cantatas y otras obras vocales como motetes y misas. JSB conocía la producción de su primo y la tenía en gran respeto, al punto de haber copiado y ejecutado en Leipzig la mayoría de sus cantatas y dos de sus misas, razón por la cual tenemos conocimiento y acceso a estas obras hoy en día.
Las cantatas de JLB están basadas en una colección de libretos escritos por el Duque Ernst Ludwig de Saxe-Meiningen, que siguen un patrón estricto en dos partes: la primera abre con una cita del Antiguo Testamento, seguida de un recitativo y aria, y la segunda empieza con una cita del Nuevo Testamento, sigue con un aria, un recitativo y un coral final. JSB utilizó libretos de esta colección para varias de sus propias cantatas del tercer ciclo.
La cantata «Ich will meinen Geist in euch geben», JLB 7, fue compuesta para el sexto domingo después de la Trinidad, al igual que BWV 170 que escuchamos en la sesión pasada.
De hecho hay teorías de que Bach ejecutó las dos cantatas en el mismo servicio ese domingo de 1726. Las citas bíblicas del libreto están conectadas a las mismas lecturas y se centran en la obediencia a Dios y la coherencia entre dichos y actos.
La cantata está orquestada para cuatro voces solistas, dos cornos «da silva», cuerdas, coro y bajo continuo. Se abre con un duetto para soprano y alto con los cornos y el bajo continuo, sobre una cita de libro de Ezequiel. A continuación el bajo tiene un recitativo «secco» y un aria acompañada de cuerdas, las que con acordes repetidos ilustran la imagen del fiel que se siente perdido y pide ayuda a Dios.
La segunda parte abre con una cita de dos versículos de la primera epístola de Juan. El texto bíblico está nuevamente asignado a un dueto, esta vez alto y tenor con bajo continuo, los cuales cubren el primer versículo de la cita. Las cuerdas aparecen para acompañar el segundo versículo, para tenor solo.
La soprano está a cargo de los siguientes dos movimientos, aria y recitativo. El aria, acompañada de los cornos, toma un carácter afable y de danza al dirigirse al alma del creyente describiendo el acercamiento a Dios. El recitativo «secco» termina con un melisma sobre la imagen de las «llamas del amor».
El coro aparece al final de la cantata, con un movimiento interesante que abre con acordes homofónicos sobre las exclamaciones por ayuda («Hilf») y continúa con una sección imitativa cuando el texto se refiere a la consolidación de la fe y los actos. Con una pequeña sección puente, el contrapunto conduce al coral final.
Es interesante cómo las cuerdas y los cornos enuncian la melodía del coral en forma introductoria, ¿quizá como una ayuda para la participación de la comunidad? Una vez que el coro toma las riendas del coral, los cornos y las cuerdas adoptan partes decorativas de notas rápidas alrededor de las voces.
Johann Ludwig Bach Ich will meinen Geist in euch geben, JLB 7 Maria Zadori, soprano Susanne Norin, contralto Wilfried Jochens, tenor Stephan Schreckenberger, bajo Rheinische Kantorei – Das Kleine Konzert Hermann Max
El género «Suite» era extraordinariamente popular en la Alemania del siglo XVIII. Innumerables compositores incursionaron en él y dejaron una enorme producción de música en este formato.
Una Suite es una composición para orquesta, a veces con instrumentos solistas. Típicamente comienzan con un movimiento lento en estilo francés, de carácter ceremonial y majestuoso, que conduce a una sección fugada de tiempo rápido, y luego a una recapitulación (o simplemente repetición) del material inicial. Este movimiento suele denominarse «Ouverture» en francés, término que por extensión a veces se usa para nombrar la composición entera. Luego de la obertura, la suite continúa con una serie de danzas, normalmente todas en la misma tonalidad. Las danzas varían en estilo, frecuentemente alternando tempos ágiles con otros más lentos. Muchas danzas son también de origen francés, aunque no exclusivamente.
Contrastando con compositores como Telemann, Fasch or Graupner, que escribieron varias docenas de suites, JSB solamente compuso cuatro, y su primo Johann Ludwig sólo una de la cual tengamos registro.
Esta Suite en sol mayor de JLB es relativamente corta, con su correspondiente obertura tripartita y luego cinco danzas (Aria, Minuet, Gavota, otra Aria y Bourrée). La orquestación es modesta: cuerdas, dos oboes y bajo continuo.
Johann Ludwig Bach Suite para cuerdas, 2 oboes y bajo continuo en sol mayor Obertura – Aria I – Minuet – Gavota – Aria II – Bourrée Musica Antiqua Köln – Reinhard Goebel
La práctica de adaptar música de una forma a otra, de un propósito a otro e incluso de un estilo a otro ha sido moneda corriente a lo largo de la historia, y ciertamente no era extraña a Bach. Hemos visto ejemplos de sus transcripciones al clave u órgano de conciertos propios y ajenos, adaptaciones de obras instrumentales para transformarlos en movimientos de cantatas, y otras aventuras.
La apreciación por la música de Bach es tal que incluso hoy en día seguimos adaptando y transformando sus obras, en busca de nuevas oportunidades para su lectura, ejecución, redescubrimiento y disfrute.
La colección de seis trio-sonatas para órgano, catalogadas con los índices BWV 525 al 530, fue compilada por Bach a fines de la década de 1720, y en sí misma es una combinación de adaptaciones de composiciones pre-existentes y música nueva. Cada sonata tiene tres movimientos y está escrita a tres voces, una para cada mano y la tercera para el pedal. Esta estructura invita a las transcripciones, las cuales abundan para ensambles de múltiples configuraciones.
Esta versión es una transcripción de la sonata No. 2, BWV 526, para flauta, violín y bajo continuo hecha por el ensemble Florilegium. La adaptación incluye la transposición de la tonalidad original de do menor a mi menor.
Johann Sebastian Bach Trio Sonata No. 2 en do menor, BWV 526 Transcripción para flauta, violín y bajo continuo en mi menor Vivace – Largo – Allegro Florilegium Ashley Solomon, flauta – Rodolfo Richter, violín
Cantata 45, «Es ist dir gesagt, Mensch, was gut ist»
La Cantata 45 fue compuesta para el octavo domingo después de la Trinidad, que en 1726 fue el 11 de agosto. El evangelio de este domingo es el final del Sermón de la Montaña (Mateo 7: 15-23), en el cual Jesús advierte sobre falsos profetas y enuncia que para entrar al Reino los fieles deben seguir la voluntad de Dios.
El tema general del libreto se centra en torno a la obediencia a Dios. Su estructura sigue el patrón de Meiningen, comenzando en la primera parte con una cita del antiguo testamento (Miqueas 1: 6-8), seguida de un recitativo y aria. La segunda parte empieza con el Nuevo Testamento (los dos últimos versículos del evangelio del día), luego un aria, un recitativo, y el coral final.
La cantata está orquestada para dos flautas, dos oboes, cuerdas y bajo continuo, tres solistas vocales (alto, tenor y bajo) y coro a cuatro partes.
El primer movimiento, un coro de gran escala con toda la orquesta, articula el texto en forma notable. Utiliza en primer lugar las voces en forma sucesiva en diferentes combinaciones para enunciar tres veces «Es ist dir gesagt» («Ya te fue dicho»). Sigue una fuga para cubrir las siguientes palabras («lo que es bueno y lo que el Señor exige de ti»), y luego de un pequeño interludio instrumental llegamos a acordes homofónicos sobre la palabra «nämlich:» («o sea:»). ¡Claridad meridiana en la prédica a través de la música! Los tres conceptos que siguen en el texto de Miqueas (guardar la Palabra, practicar el amor y ser humilde) son abordados con formas imitativas más libres por las voces, antes de volver al material inicial como mecanismo de énfasis.
A continuación el tenor recibe un recitativo «secco» y un aria acompañada de las cuerdas. El texto del recitativo reflexiona sobre la cita de Miqueas y enuncia el deseo de llegar a ser un «siervo fiel». El aria, de textura plácida y serena en apariencia, incluye ilustraciones muy efectivas en expresiones como la «rendición de cuentas» y «el tormento y la vergüenza» que esperan a los transgresores, mediante el uso de frases y modulaciones complejas.
La segunda parte de la cantata se abre con un arioso para el bajo («vox Christi») que se refiere a la lectura del día sobre los falsos profetas. El acompañamiento de cuerdas en notas rápidas sugiere los «muchos» que se aproximarán a Jesús argumentando haber actuado en su nombre, sólo para ser rechazados por Jesús por su hipocresía. Largos melismas sobre las palabras «weichet alle von mir» («apártense de mi») ilustran la magnitud de la reacción de Jesús.
Así llegamos al punto de inflexión, donde la música de Bach (más que el libreto) nos recoge y nos devuelve la esperanza. Dios nos reconocerá si somos sinceros en nuestro reconocimiento a Él. Bach utiliza la flauta en esta aria de contralto, en clave de fa sostenido menor, la cual resulta en una sonoridad algo frágil pero muy cristalina y luminosa.
Con la solución al dilema habiendo sido expuesta, el recitativo de contralto, como varios de los recitativos en esta posición en la cantata, es instrospectivo. El espíritu es fuerte pero la carne es débil… sin embargo tenemos la ayuda de Dios para ejecutar su voluntad.
El coral final es una oración a Dios por esta ayuda, con texto de Johann Heermann de 1630. La orquesta dobla a las voces, con las flautas y los oboes en la línea de la soprano.
Johann Sebastian Bach Cantata No. 45, «Es ist dir gesagt, Mensch, was gut ist» Robin Blaze, contratenor – Gerd Türk, tenor – Peter Kooij, bajo Bach Collegium Japan – Masaaki Suzuki
Esta cantata, compuesta para el sexto domingo después de la Trinidad en 1726, no sigue el formato de Meiningen, pese a estar ubicada cronológicamente en medio de este grupo. Algunas teorías sostienen que Bach programó dos cantatas independientes para este domingo, y la otra cantata, compuesta por su primo Johann Ludwig, sí se adhería al patrón.
En este caso Bach eligió un libreto de Georg Christian Lehms que data de 1711. En términos generales, el texto es una expresión horrorizada por los pecados y perversiones del mundo, y establece la premisa de que la muerte es bienvenida como pasaje a la paz y concordia con Dios.
El libreto está inspirado en las lecturas del día (Romanos 6: 3-11 y Mateo 5: 20-26, un fragmento del Sermón de la Montaña).
La cantata es para fuerzas modestas: alto solo, un oboe d’amore, órgano obligado, cuerdas y bajo continuo. Está estructurada en forma simétrica, con tres arias separadas por dos expresivos recitativos, el primero «secco» y el segundo acompañado de cuerdas.
La primera aria tiene carácter pastoral, con el oboe d’amore doblando al primer violín como forma de proveer color. El efecto repetido de tres corcheas ligadas, y la figura descendente del bajo, inmediatamente generan un sonido envolvente que potencia el carácter reflexivo del texto.
La segunda aria tiene la particularidad de no utilizar bajo continuo, delegando la línea del bajo a los violines y violas al unísono. Acompañando a la voz, Bach escribió una parte obligatoria para el órgano especificando «dos manuales», igualmente sin bajo. La falta del bajo continuo en su habitual rol de apoyo puede asociarse a las referencias del texto a inseguridad y aflicción frente a los «corazones perversos» que se apartan de Dios.
En el aria que cierra la cantata, de carácter triunfal y gran presencia, el creyente declara el rechazo a la vida terrenal e implora a Jesús que le lleve a la «morada donde poder estar en paz». El aria está acompañada por el órgano, y su tema principal presenta un par de ilustraciones notables: el «repudio» representado por el tritono que abre el tema, y la idea del fiel elevándose hacia Jesús ilustrado con la escala ascendente que aparece enseguida.
Johann Sebastian Bach Cantata No. 170, «Vergnügte Ruh’, beliebte Seelenlust» Michael Chance, contratenor The English Baroque Soloists – John Eliot Gardiner
El doble concierto en do menor, BWV 1060, que sobrevivió en versión para dos clavecines y orquesta, se presume sea una adaptación de Bach de un concierto previo para dos instrumentos melódicos solistas, que no ha sobrevivido.
Se estima que la versión original haya sido de principios de la década de 1720. Las figuraciones, rangos y estructuras melódicas de los dos instrumentos solistas sugieren que pudieran haber sido violín y oboe. Otra pista es una referencia en un catálogo de publicaciones musicales de 1764, que cita un concierto de Bach para oboe y violín, sin mayores referencias adicionales.
El movimiento inicial abre con un tema cuya terminación es asignada a los solistas en forma de eco, y que se puede rastrear en diversas formas y variaciones a lo largo de todo el movimiento. El segundo movimiento, de líneas melódicas largas y muy expresivas, existe desde el siglo 18 en dos versiones para la orquesta: una en pizzicato y otra con arco. El movimiento final, ágil y animado, tiene un tema que sugiere una Bourée.
Johann Sebastian Bach Concierto para violín y oboe en do menor (reconstrucción), BWV 1060R Allegro – Adagio – Allegro John Abberger, oboe – Jeanne Lamon, violín Tafelmusik Baroque Orchestra – Jeanne Lamon
Esta cantata, compuesta para el séptimo domingo después de la Trinidad en 1726, es una más del grupo que presentan un libreto en el formato de Meiningen, dividido en dos partes, cada una encabezada por una cita bíblica.
El evangelio de este domingo es Marcos 8: 1-9, que narra la historia de Jesús alimentando a una gran multitud de seguidores con la multiplicación de panes y peces.
La primera parte abre con los versículos 27 y 28 del Salmo 104, que se refieren a Dios como proveedor de nuestras necesidades en el momento preciso. Este texto está tratado en un coro de gran porte, instrumentado para 4 voces con 2 oboes, cuerdas, y bajo continuo. Extensas secciones instrumentales preceden cada versículo, el primero estructurado en polifonía libre y el segundo como una fuga estricta.
Un recitativo de bajo conduce al aria de contralto, con cuerdas y un oboe doblando el primer violín. Ambos textos reflexionan sobre las riquezas y abundancias del mundo, con referencias a las montañas, el agua, las aves y los ciclos naturales.
La segunda parte de la cantata abre con un aria para el bajo (vox Christi) acompañado con violines y bajo continuo, enunciando una cita del Nuevo Testamento (Mateo 6: 31-32), que recomienda a los fieles no preocuparse por los bienes materials y confiar en Dios el proveedor.
Sigue un aria para soprano, oboe solista y bajo continuo, que celebra los cuidados de Dios juxtaponiendo una línea lenta y deliberadamente ornamentada con una segunda sección con carácter de danza más despreocupada y celebratoria.
La soprano continúa enunciando su confianza en los bienes de Dios con un recitativo que conduce al coral final, en dos estrofas, sobre un texto de Hans Vogel (1563) que elabora sobre similares ideas de abundancia provista por Dios.
Bach seguramente estuvo especialmente satisfecho con esta cantata, dado que reutilizó el coro inicial y todas las arias para los cuatro últimos movimientos del Gloria de la Misa en sol menor, BWV 235, compuesta unos diez años después.
Johann Sebastian Bach Cantata No. 187, «Es wartet alles auf dich» Midori Suzuki, soprano – Magdalena Kožená, contralto Knut Schoch, tenor – Jan Van der Crabben, bajo La Petite Bande – Sigiswald Kuijken
La Cantata 39 pertenece al grupo de cantatas que siguen el «patrón de Meiningen»: libretos con dos citas bíblicas conectados por recitativos y arias. El primer ejemplo que encontramos de esta estructura fue la Cantata 43, que escuchamos hace algunas semanas.
En este caso, el primer texto viene del libro de Isaías (58: 7-8), y para hacerle los honores, Bach construye un coro monumental y, hablando a título personal, de los más conmovedores de toda su producción.
Orquestado con 2 flautas dulces, 2 oboes, cuerdas y bajo continuo, el movimiento comienza con una sección que ilustra la primera parte de la cita bíblica, que se refiere a compartir el pan y dar albergue a los pobres.
El lenguage musical está lleno de ilustraciones, empezando por el impactante motivo inicial con notas repetidas que se quiebran entre las flautas, los oboes y las cuerdas, y más adelante también las voces. Los académicos no se han puesto de acuerdo sobre si esta figura representa el pan partido en pedazos, los pasos vacilantes de personas acudiendo por ayuda, o incluso lágrimas corriendo por sus mejillas.
Luego de esta impresionante sección inicial, el coro continúa adelante con el texto, abordando la segunda frase que se refiere a vestir al desnudo y no rechazar «a quien es tu propia carne». El lenguaje musical adopta pasajes melismáticos, sugieriendo la acción de envolver, sobre las palabras «kleide ihn» («dale ropa»).
El tercio final del coro presenta un marcado cambio de carácter, al abordar el segundo versículo de la cita bíblica. Con un ritmo ternario más animado, Bach ilustra los conceptos de «tu luz brillando como la aurora» y «la gloria del Señor», con dos secciones fugadas iniciadas por los tenores y los bajos, respectivamente.
La primera parte de la cantata continúa con un recitativo para el bajo, que conduce a un aria de contralto acompañada de oboe y violín solistas. El texto, anónimo, continúa reflexionando sobre los dones de Dios y la misericordia hacia el prójimo.
La segunda parte de la Cantata abre con otra cita bíblica, esta vez del Nuevo Testamento (Hebreos 13:16). El texto es asignado a un aria para el bajo, acompañado simplemente con bajo continuo como forma de enfatizar el texto y reforzar la prédica. Sigue una delicada aria para soprano acompañada de las dos flautas dulces en unísono, que notablemente abre con una nota aguda sobre la palabra «Höchster» («Altísimo»).
Consistentemente con el patrón de Meiningen, la cantata continúa con un recitativo que está implementado como una oración del fiel a Dios, lo cual es acentuado por el acompañamiento de cuerdas en lugar de un simple bajo continuo.
El coral final de dos estrofas, sobre un texto de David Denicke (1648), recoge la temática de toda la cantata al referirse a la ayuda a los necesitados como conducto a la misericordia de Dios.
Johann Sebastian Bach Cantata No. 39, «Brich dem Hungrigen dein Brot» Yukari Nonoshita, soprano – Robin Blaze, contratenor – Peter Kooij, bajo Bach Collegium Japan – Masaaki Suzuki