Cantata 157,
«Ich lasse dich nicht, du segnest mich denn!»
Esta cantata fue originalmente compuesta para un servicio fúnebre de homenaje al chambelán y juez Johann Christoph von Ponickau, celebrado el 6 de febrero de 1727 en la ciudad de Pomßen, cerca de Leipzig. Ponickau había fallecido unos meses atrás, en Octubre de 1726.
El texto es de Picander, seudónimo de Christian Friedrich Henrici (asiduo colaborador de Bach en Leipzig), quien adoptó una cita del Génesis para el primer movimiento y la última estrofa de un himno de Christian Keymann (1658) para el coral final.
La cantata, delicada y de pequeña escala, está compuesta para dos voces solistas, tenor y bajo, a quienes se incorporan soprano y contralto sólo para el coral final. La orquesta consta de tres instrumentos solistas (flauta, oboe d’amore y violín), cuerdas y bajo continuo.
La cita del Génesis del primer movimiento, el mismo texto utilizado en el motete BWV 1146, está sacada de contexto y resignificada como una invocación del creyente a Jesús en torno a la circunstancia de la muerte. Este eje temático es constante a través de todo el libreto, incluyendo el texto elegido para el coral de cierre.
El primer movimiento está construído como un duo para el tenor y el bajo, con flauta, oboe d’amore y bajo continuo. La elección de los instrumentos solistas proporciona un carácter recogido y de plegaria al texto, que las voces tratan con motivos imitativos en forma alternada.
Sigue un aria para tenor con el oboe d’amore, la cual se abre con una ilustración inmediata de la expresión «Ich halte» («me aferro») con notas largas, y «mit Gewalt» («con fuerza», o «con violencia») con notas rápidas y ágiles.
Tanto el tenor como el oboe continúan con un recitativo acompañado, que incluye interesantes ilustraciones de expresiones como «descanso» y «sosiego» con notas bajas. Este es el único movimiento de la cantata (excepto el coral final) en el que intervienen las cuerdas de la orquesta.
Sigue una interesantísima aria para el bajo, acompañado del violín y la flauta. Las referencias del texto al Paraíso, Dios y «los invitados del Cordero» son presentadas en forma alegre y animada, interrumpidas por segmentos de recitativo y arioso cuando se menciona al féretro y a la muerte. Sin embargo estos cambios de tono son pasajeros: sin mayores demoras, la música retorna una y otra vez a la idea inicial de la celebración en el Paraíso.
La cantata se cierra con un coral a cuatro partes con los instrumentos doblando a las voces.
Cantata No. 157, «Ich lasse dich nicht, du segnest mich denn!»
Christoph Genz, tenor – Peter Kooij, bajo
Bach Collegium Japan – Masaaki Suzuki